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Los gobiernos de México, Canadá y de otros 20 países están a la espera de ver qué sucederá con el paquete de gasto social y medioambiental de Joe Biden, el cual incluye un crédito a coches eléctricos que podría estallar en conflictos comerciales.
Mientras que el paquete de infraestructura de Biden recibió el visto bueno de la Cámara de Representantes la semana pasada, el plan de gasto social -nombrado Build Back Better- continúa atorado en el recinto legislativo.
El paquete está conformado por programas de inversión en empleo, seguridad social, educación y energías limpias, con un requerimiento presupuestal de 1.75 billones de dólares. Entre las propuestas se cuenta un crédito fiscal de hasta 12 mil 500 dólares para la compra de coches eléctricos ensamblados en EU y con baterías manufacturadas en el país.
La propuesta de alivio fiscal encendió alarmas en las oficinas gubernamentales mexicanas y canadienses. Ambos países enviaron cartas a legisladores de EU advirtiendo que ésta podría contravenir lo dispuesto en el Tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en materia de reglas de origen, pues daría beneficios a ensambladoras estadounidenses.
La Embajada de México en EU informó el 1 de noviembre sobre otra carta enviada al Congreso estadounidense en la que acusa de un trato “discriminatorio” a productores extranjeros en la propuesta. El documento fue firmado también por otras 20 embajadas, entre ellas las de Japón, Alemania, Corea del Sur y España.
Por ahora, a los gobiernos involucrados no les queda más que esperar. El paquete legislativo sigue bajo discusión en el Congreso, donde todavía requiere el voto de ambas cámaras.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, comentó a medios estadounidenses el sábado que espera ver el paquete aprobado por completo antes del Día de Acción de Gracias (25 de noviembre). Sin embargo, esto requerirá una labor rápida y sin desacuerdos.
Los progresistas y moderados dentro del Partido Demócrata han sido incapaces de llegar a un acuerdo sobre la propuesta. Estos últimos consideran que una inversión de 1.75 billones es excesiva, por lo que pidieron que la Oficina Presupuestaria del Congreso revise los números, lo cual sumaría días a la discusión.
La propuesta tiene el apoyo de Joe Biden. El presidente la caracterizó como un “esfuerzo sin precedentes para combatir el cambio climático”. Además, el incentivo para coches eléctricos cuadra con las aristas medioambientales y laborales de su agenda.
“Sacaremos a EU de la banca en la manufactura de paneles solares, parques eólicos, baterías y vehículos eléctricos para ensanchar estas cadenas de suministro; y premiaremos a las empresas por pagar buenos salarios y por utilizar materiales provenientes de EU”, declaró Biden después de que se aprobara su paquete de infraestructura.
El incentivo a productores de coches eléctricos en EU tiene el potencial para generar más tensiones comerciales con México. Abogados expertos en comercio internacional consideran que el gobierno mexicano tiene elementos para armar un caso, ya sea en materia de reglas de origen o de subsidios.
“Las importaciones que vengan de un determinado país y que otorguen subsidios pueden ser objeto de una cuota compensatoria si estas importaciones causan daño a la industria nacional. Yo creo que sí hay un tema”, dijo Gustavo Uruchurtu, socio fundador de Uruchurtu & Abogados.
No es seguro qué medidas tomarán México y el resto de los gobiernos si la propuesta es aprobada con los alivios fiscales. Juan Carlos Partida, abogado socio de la firma EC Rubio, señaló que sería posible incluso la apertura de una nueva consulta bajo el T-MEC.
México y EU ya se encuentran enfrascados en una consulta por reglas de origen automotriz en el T-MEC. El conflicto por los coches eléctricos sumaría a las tensiones comerciales, las cuales pueden resultar en procesos prolongados y muy costosos.