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Opinión Industrial |
RESUMEN
Como se había previsto, el primer trimestre del año contabilizó un desempeño positivo pero modesto en materia de crecimiento económico.
•De acuerdo con el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) el incremento preliminar del crecimiento durante el primer trimestre fue de 1.7%.
oSin embargo, en marzo fue de únicamente 0.4%.
•El sustento del crecimiento fue el sector industrial: creció 3.3% en los primeros tres meses del año. El sector servicios mostró su debilidad al subir sólo 0.9%.
En consecuencia, y por encontrarse en línea con las previsiones realizadas, el IDIC mantiene su pronóstico de crecimiento de 1.4% para todo el año.
El mensaje de la actividad económica es claro: se mantiene la dependencia respecto a la evolución del mercado de Estados Unidos en tanto que la economía doméstica mantiene un desempeño modesto. Los riesgos se han multiplicado para el resto del año:
•El aumento en la inflación al consumidor y al productor ha superado las previsiones del Banco de México y las contenidas en los Criterios Generales de Política Económica.
•El incremento en las tasas de interés: podría observarse un escenario que oscile entre 9.0% y 10.0%, todo dependerá de la evolución de la inflación en Estados Unidos (la más elevada en 41 años).
•El conflicto en Ucrania sigue representando un elemento que genera incertidumbre sobre la economía de la Unión Europea, y sobre los sectores y regiones que dependen los minerales y energéticos rusos.
•La desaceleración económica de China a raíz de la expansión del Covid-19 en provincias importantes como Shanghái: el cierre de importantes núcleos financieros e industriales tendrá efectos sobre las Cadenas Globales de Valor.
•Un menor ritmo de crecimiento en Estados Unidos, entre 2.8% y 3.5%: si bien se mantendrá por arriba de su promedio en los últimos 20 años (2.5%), también incidirá en una moderación de sus importaciones.
Los riesgos exógenos y endógenos han aumentado y se manifestarán durante el segundo trimestre del año: será relevante prever un programa contingente para evitar que la economía nacional entre en una fase de mayor desaceleración. Sí la industria pierda fuerza el resto de la economía no tendrá capacidad de reacción.
La economía mexicana avanza lentamente: en función de su nueva capacidad, un crecimiento que estructuralmente no puede superar el 2% de crecimiento.
El inicio del 2022 es indicativo tanto de la merma en la capacidad de crecimiento económico como en la heterogeneidad de este.
Las cifras del INEGI son claras: la actividad industrial fue el principal motor del crecimiento: aumentó 3.3% en los primeros tres meses del año.
El primer trimestre del año muestra la prevalencia de uno de los mayores desafíos estructurales que la economía nacional ha enfrentado durante las últimas cuatro décadas: el dinamismo de las exportaciones vinculadas a las manufacturas no es suficiente para compensar la debilidad del mercado interno: su bajo contenido nacional inhibe que los beneficios lleguen a una mayor proporción del sector productivo.
La fragilidad del mercado interno engloba al 65% del PIB: el buen desempeño de la actividad industrial asociada a las manufacturas (18% del PIB) no puede compensar el desequilibrio.
Para el segundo trimestre del año existe un reto adicional porque se deberán adicionar efectos internos y externos que podrían afectar el comportamiento de la economía mexicana:
En consecuencia, el mensaje del IOAE publicado por el INEGI es que la actividad productiva se mantiene en terreno positivo gracias al desempeño de la industria manufacturera: en el sector servicios se observan signos de debilidad estructural que solamente podrán superarse con mayor inversión. Al mismo tiempo es evidente que los riesgos exógenos y endógenos han aumentado y se manifestarán durante el segundo trimestre del año. En este sentido será relevante prever un programa contingente para evitar que la economía nacional entre en una fase de mayor desaceleración, se debe evitar que la industria pierda fuerza porque el resto de la economía se encuentra afectada por las consecuencias de la recesión del 2020.
-Fin-