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Los sindicatos ferroviarios de los EE.UU. aceptaron un acuerdo laboral promovido por el presidente Joe Biden, evitando una huelga que hubiese sido perjudicial no sólo para la economía estadounidense sino mexicana.
Este acuerdo, establecido por el Departamento del Trabajo de EE.UU., a cargo de Marty Walsh el miércoles pasado, abarca en sus términos una cobertura completa de atención médica, aumentos salariales compuestos de 24% durante cinco años desde el 2020 hasta el 2024, un pago inmediato de 11 mil dólares, y cinco salarios globales de 1,000 dólares.
Lo anterior acorde a las recomendaciones de la Junta Presidencial de Emergencia (PEB) N° 250 implementadas el 16 de agosto de este año.
El convenio fue aceptado por el Sindicato de Comunicaciones de Transporte/IAM (TCU/IAM) y la Hermandad del Carmen Ferroviario (BRC), que juntos representan a más de 11 mil trabajadores ferroviarios.
Además, la ratificación de esta negociación está respaldada por la División de la Hermandad de Ingenieros de Locomotoras y Treneros de la Hermandad Internacional de Camioneros; la Asociación Internacional de Hojas de Metal y Aire; Trabajadores ferroviarios y de transporte: División de transporte y Hermandad de señaleros ferroviarios.
No obstante, aún están pendientes las votaciones de ratificación con otros sindicatos que han llegado a acuerdos tentativos, como la Asociación Internacional de Maquinistas y algunos que han expresado críticas de que las recomendaciones no abordan adecuadamente las reglas que controlan las operaciones de los trabajadores con horarios laborales de 7 días a la semana y una rotación del personal elevada.
Por otra parte, también está el inicio de negociaciones de empresas ferroviarias con sindicatos que aún no han llegado a acuerdos.
Aunado a ello, los convenios tentativos están sujetos a ratificación por parte de los sindicatos afiliados, que representan colectivamente a aproximadamente 60 mil empleados.
Previo a este arreglo laboral, los representantes de los trabajadores ferroviarios habían advertido el paro de operaciones por todo EE.UU., provocando una crisis logística, en los suministros de energía y agua potable, impactando a la nación.
Según estimaciones del presidente y director ejecutivo de la Asociación Americana de Ferrocarriles (AAR), Ian Jefferies, una interrupción del servicio ferroviario costaría más de 2 mil millones de dólares por día de cierre.
Fricciones por PSR
De acuerdo con un especialista mexicano, la implementación del ferrocarril programado de precisión (PSR) en EE.UU. ocasionó fricción con la fuerza laboral.
El PSR es una estrategia ferroviaria que utiliza horarios de salida y métodos de entrega punto a punto para lograr índices operativos bajos y consolidar las redes ferroviarias e implementado en la mayoría de los ferrocarriles de Clase I en América del Norte. La única línea ferroviaria importante de Clase I que no ha adoptado completamente esta estrategia es BNSF Railway.
Los ferrocarriles estadounidenses transportan alrededor de 40% de la carga nacional y para reemplazar este transporte, se necesitaría casi medio millón de camiones adicionales para mover estos bienes, una imposibilidad dada la actual escasez de conductores.
Esto generaría en México una escasez de artículos en los estantes de las tiendas y el costo de los bienes aumentaría en medio de un escenario de alta inflación, señaló la Asociación Mexicana del Transporte Intermodal (AMTI) en un comunicado.