Durante el octavo mes del año, todos los mercados emergentes, excepto China, registraron entradas de inversiones por 27,000 millones de dólares.

Entrevistado por El Economista, el experto descartó que el ciclo alcista de la tasa que persiste en México sea el atractivo de este registro positivo.

Los mercados están actuando de forma sistémica y en agosto vieron una pequeña oportunidad que aprovecharon. Pero observó que “desde septiembre se encendió un fósforo que prendió una dinámica más pesimista”.

Desde Washington anticipó que la liquidez mundial continuará reduciéndose ante las estrategias restrictivas que están aplicando los bancos centrales de economías avanzadas, como Estados Unidos. Este contexto reducirá los flujos de capital hacia los emergentes, que a su vez se verán inmersos en la incertidumbre y volatilidad por el tema geopolítico ante la situación de Rusia y China.

Se puede esperar que seguirán reduciéndose los flujos de capital de aquí a fin de año por el mayor rendimiento que seguirán ofreciendo las economías avanzadas, sentenció.

Cautela sobre México

El estratega reconoció que durante agosto tuvimos una primera lectura positiva hacia títulos de deuda en un lapso de seis meses, de unos 1,919 millones de dólares.

Matizó que esta entrada no fue suficiente para compensar la liquidación previa. De hecho en el acumulado desde enero, tenemos flujos negativos por 3,800 millones de dólares.

Los mercados tratarán de buscar una trinchera de seguridad, aquellos que ofrezcan ventajas en sus condiciones fiscales estables, una balanza comercial atractiva y competitividad.

No somos extremadamente negativos sobre la perspectiva futura pero sí tenemos que ser mucho más cautos sobre la dinámica que viene. Siempre reconocemos la labor de Banco de México. Pero los mercados se mantienen atentos al tema fiscal de Pemex, al respeto de las regulaciones y conforme se acerquen las tendrán una lupa más grande para ver con mucho más cuidado la situación de la economía, refirió.