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Medio Ambiente |
Las recientes reformas aprobadas a diversas leyes en materia de concesiones para minería y agua representan para la iniciativa privada un golpe para la industria y la competitividad del país, pero mientras para organizaciones no gubernamentales (ONGs) significan beneficios y justicia para las comunidades que albergan proyectos mineros.
Las leyes que se reformaron la semana pasada en ambas Cámaras del Congreso mexicano fueron la Ley Minera, la Ley de Aguas Nacionales, Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente y la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos.
En la exposición de motivos del proyecto legislativo impulsado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se indica que la política en materia de minería de los “gobiernos neoliberales” ha provocado una intensa extracción de los recursos minerales por parte de empresas extranjeras, la contaminación del subsuelo, mantos acuíferos, ríos y manantiales; el despojo territorial y desplazamiento forzado de pueblos y comunidades indígenas, así como conflictos socioambientales.
Tanto empresas como ONGs han dado sus argumentos en contra y favor de los cambios en el sector minero. Algunos temas que han sido relevantes es la duración de las concesiones que pasa de 100 a 80 años como máximo.
También se elimina el derecho de las personas titulares de las concesiones a obtener la expropiación de un terreno para la explotación minera, otorga concesiones únicamente por mineral o sustancia, y se incorpora un capítulo de delitos con el objeto de sancionar conductas delictivas en materia de minería.
La concesión de agua para uso específico de minería quedará sujeta a su disponibilidad y tendrá una duración de 5 años con posibilidad de prorrogar por igual término.
Asimismo, se establece la obligación de contar con un Programa de Restauración, Cierre y Post-cierre de un proyecto minero y una contraprestación a pueblos y comunidades indígenas de las utilidades obtenidas por el concesionario.
¿Por qué la IP dice ‘no’ a las reformas en minería?
Las empresas de la industria en México han expuesto que con las reformas, principalmente a la Ley Minera, las inversiones ya no serán viables y no habrá más proyectos.
Desde hace años, el sector minero ha frenado proyectos por la alta carga fiscal que se tiene en México; ahora con los cambios, ven aún más inviable llevarlos a cabo.
Abogados prevén que una vez que entren en vigor los cambios propuestos por López Obrador, las empresas que se vean afectadas acudirán a las demandas de amparo indirecto.
Señalan que la reformas representan afectaciones a derechos que se plasman en la Constitución y en los tratados internacionales en materia de seguridad jurídica, legalidad, libertad de industria y comercio.
Estas modificaciones a la minería ya han levantado la preocupación de las empresas canadienses, que son las de mayor participación en México; el pasado 25 de abril, la ministra de Comercio de Canadá, Mary Ng sostuvo una reunión con la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro para externar esto.
¿Por qué sí desde la visión de las ONG?
Desde hace mucho tiempo, las ONG han denunciado abusos de la industria minera hacia las comunidades y el daño medioambiental que ocasionan, por lo que han visto con beneplácito la serie de reformas de AMLO.
Una de las ONG que más se ha pronunciado y luchado por un cambio profundo a la actual Ley Minera es la Colectiva Cambiémosla Ya, la cual apunta que con estas reformas se frenan los atropellos que durante estos 30 años han cometido las empresas mineras y estas son sus razones.
La ONG indica que en el país operan 97 minas metálicas a cielo abierto y otras 152 minas subterráneas, sin estar registradas en una base de datos oficial ni en datos abiertos para poder distinguirlas, caracterizarlas espacialmente y, sobre todo, hacerles rendir cuentas.