¿Qué pueden hacer las empresas para liderar la lucha ecológica?
Agencias -
** Cuando los gobiernos dejan de regular las emisiones adecuadamente, como lo propone Trump, las empresas tienen la responsabilidad moral de limitarlas voluntariamente.
24/07/2017-Ciudad de México-El Economista
La instauración de políticas ecológicas dentro de las empresas debe de ser más que una simple estrategia de marketing. El cuidado del medio ambiente no es exclusivo de los gobiernos y debe ser una es responsabilidad compartida con el sector empresarial y la sociedad civil. Las empresas juegan un papel esencial en la lucha por la ecología, no sólo porque deben eficientar sus procesos para hacerlos más amigables con el ambiente, sino porque deben coadyuvar y trabajar directamente con las políticas ambientalistas que tomen los gobiernos.
El cambio climático por efectos de actividades humanas nocivas al medio ambiente plantea uno de los mayores desafíos mundiales y pone en gran entredicho el futuro del desarrollo que se ha logrado a lo largo de varias décadas en todos los ámbitos de la vida moderna. Sin un planta sano no hay economía.
El cambio climático se refiere al incremento continuo de la temperatura promedio global, específicamente la temperatura de la atmósfera y de los mares. Los cambios de temperatura globales han sido una constante en el planeta y son parte de la evolución y cambios en la biósfera. Sin embargo, ese proceso natural se ve afectado y acelerado por la contaminación ambiental.
El planeta tierra ha pasado por ciclos naturales de enfriamiento y calentamiento global, sin embargo, actualmente experimenta un calentamiento que se encamina a un nivel peligroso por causa de los seres humanos y la producción de los gases invernadero, la deforestación. Según el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), la temperatura promedio del planeta incrementó alrededor de 0.75 grados centígrados en el siglo XX y para el siglo XXI va a incrementar 2 a 4°C, el incremento más grande y rápido de los últimos 10,000 años.
El Cambio Climático no es un problema que deba abordarse desde una sola perspectiva, debido a que no impactará un solo sector, es probable ver afectaciones en la economía, la salud, la política y el desarrollo social. El alza de temperaturas y de concentración de CO2, la elevación del nivel de los océanos, el retroceso de hielos polares, son los indicadores más claros del cambio climático y cada año son más alarmantes que nunca.
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en el 2015 se alcanzó un pico de contaminación por dióxido de carbono (CO2) en el planeta, alcanzando una concentración media de la atmósfera alcanzó las 400 ppm (partes por millón).
Para la OMM, una agencia de Naciones Unidas, el CO2 es el "problema número uno". En el 2015, las emisiones de dióxido de carbono aumentaron a causa del fenómeno climático de El Niño, que surge cada cuatro o cinco años y que provoca el calentamiento del planeta y que según el informe del OMM “generó sequías en regiones tropicales y redujo la capacidad de absorción del CO2 por los bosques y océanos".
En el 2015 se firmó el Acuerdo de París sobre el Clima, un convenio sobre cambio climático adoptado por 195 países en diciembre de 2015 en París trazó el camino hacia un mundo sostenible mediante cambios drásticos en la economía global. El jueves 1 de junio, Donald Trump, confirmó que su país dejará el acuerdo, una decisión que sorprendió y escandalizó a la comunidad internacional pese a que la posibilidad de una resolución de esta índole siempre estuvo en el aire, ya que el mandatario estadounidense nunca había escondido su desprecio por el acuerdo, ni su escepticismo a los temas medio ambientales.
Junto con China, las emisiones de gases de efecto invernadero de Estados Unidos representan casi el 40% del total mundial, por lo que la suscripción al acuerdo de estas dos naciones había representado un hecho crucial con miras a cumplir las metas estipuladas dentro del pacto. De cumplir con lo estipulado Estados Unidos se había comprometido a una disminución de entre el 26% y el 28% sus emisiones de gases de efecto invernadero antes del 2025, respecto a los niveles del 2005.
Según el último recuento, alcaldes de unas 300 ciudades y más de una docena de estados, lo que representa el 40% de la economía estadounidense, dijeron que continuarán trabajando con el propósito de reducir las emisiones y las empresas están asumiendo el liderazgo en este proceso. Empresas como Amazon, Apple, entre otras empresas se empeñan en trabajar para alcanzar el parámetro fijado por el Acuerdo de París.
Un artículo publicado en Business & Professional Ethics, llamado “Empresas, ética y cambio climático global”, escrito por Denis G. Arnold y Keith Bustos“, argumenta que cuando los gobiernos dejan de regular las emisiones adecuadamente, como lo propone Trump, las empresas tienen la responsabilidad moral de limitarlas voluntariamente.
Un artículo del Foro Económico Mundial, citó a Brian Berkey, un profesor de Estudios jurídicos y de Ética empresarial de Wharton la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos, Berkey dijo que las empresas deben de reducir sus emisiones, o por lo menos las que se derivan directamente de sus cadenas de suministros; incluso si eso disminuyera sus beneficios económicos. “Deben también respaldar los esfuerzos del Gobierno para introducir políticas que contribuyan a combatir la amenaza del cambio climático donde existan tales esfuerzos. Como mínimo, deben dejar de hacer lobby contra esos esfuerzos”.
Se trata de un esfuerzo conjunto por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Por un lado los gobiernos deben de regular con políticas orientadas a la ecología, pero las empresas deben de ser capaces y consientes de autorregularse.
Existen esfuerzos que implican la inversión de dinero proveniente de la iniciativa privada que buscan materializar ideas para combatir el cambio climático. Por ejemplo, Bill Gates y un grupo de más de una docena de multimillonarios se unieron y formaron la Coalición para la Revolución en la Energía con el objetivo de invertir en nuevas tecnologías energéticas. El grupo, del que forman parte Jeff Bezos, Richard Branson, Jack Ma, Mark Zuckerberg y Priscilla Chan, se comprometió a contribuir económicamente. Trabajarán con Mission Innovation, un consorcio de 22 países, entre ellos los Estados Unidos y la Unión Europea, cuyos gastos ascienden a 30,000 millones de dólares al año en investigación y desarrollo de energía limpia para 2021.
En el otro lado de la escala están las empresas que muestran sólo una cara ecologista como estrategia de publicidad o la respuesta de las empresas podría no ir más allá de las acciones de relaciones públicas, dijo Berkey. El apoyo público al Acuerdo de París es muy fuerte, con poca oposición. Apoyar el acuerdo sin hacer nada concreto no cuesta nada para muchas empresas, dado el sentimiento público en relación al asunto. “Algunas empresas que apoyan el Acuerdo de París, sin embargo, siguen oponiéndose a las regulaciones que también ayudarían a lidiar con la amenaza del cambio climático, tales como estándares más estrictos de emisiones para vehículos”, reporta el Foro Económico Mundial de las declaraciones de Berkey.
Berkey da otro ejemplo. Exxon, da la impresión de simpatizar con la lucha contra el cambio climático, ya que la empresa está siendo investigada actualmente en Nueva York por su implicación en asuntos medioambientales. “Será interesante ver lo que las empresas que anunciaron su apoyo al acuerdo harán en los próximos años”, dijo Berkey.
El profesor de Wharton dijo que Si las acciones de los gobiernos hacen más atractivo para las empresas renunciar a sus esfuerzos de lucha contra el cambio climático, por lo menos los líderes de esas empresas se enfrentarán a elecciones morales. De llevar a cabo dichas acciones en pro de la ecología, sus respuestas indicarán hasta qué punto están comprometidos con el apoyo que muchos han expresado recientemente de luchar contra el cambio climático.
Fuente: http://eleconomista.com.mx/industria-global/2017/07/20/que-pueden-hacer-las-empresas-liderar-lucha-ecologica